Vive el milagro de ser mamá

¿Sabías que la técnica del porteo ayuda a estimular la lactancia materna?

Abrazar a tu bebé y llevarlo siempre contigo cerca del corazón tiene grandes beneficios para su desarrollo físico y emocional; además de estimular la lactancia materna.

El porteo es una técnica que facilita la lactancia y se trata de algo muy sencillo que permite transportar a tu bebé de un lugar a otro, y que ha sido la forma más común de hacerlo en muchas culturas del mundo.

Algunas de ellas llevan a los bebés delante del cuerpo; otras detrás o a los lados. Para esto, podemos utilizar: telas y/o canguros de diferentes estilos.

Es una práctica segura, sencilla y confortable, no solo para nuestro bebé, sino también para nosotros.

Favorece la lactancia materna y la creación de un vínculo con el bebé al estar en constante contacto con él. Fortalece el apego como base de un desarrollo cerebral y emocional saludable.

Favorece el desarrollo psicomotor del bebé. Los movimientos que siente el bebé durante el porteo son un gran estímulo; por ejemplo: para su equilibrio y su orientación espacial.

Les ayuda a mantener una postura correcta protegiendo las caderas del bebé gracias a la posición de las piernas abiertas y en flexión, mejorando así la colocación de esta articulación.

Disminuye la plagiocefalia; una deformidad craneal producida como consecuencia de la presión constante sobre una parte del cráneo.

Claves para un porteo saludable:

El porteo debe ser seguro y ergonómico respetando en todo momento la forma fisiológica del propio bebé. Para ello siempre debemos tomar en cuenta lo siguiente:

Cuando tu bebé es un recién nacido adopta en tu pecho una posición de ranita, que es totalmente natural (la misma que conservan en el útero). Sus piernas deben ir más arriba que su colita y sus pies en esa posición se tocarán entre sí; es decir, su rodillita debe presionarte un poco más abajo de los pechos.

Para el porteo del recién nacido, que todavía no puede mantener firme su cuello, se necesita colocar al bebé con la carita de lado y que la tela haga un soporte no sofocante; sino más bien, de sostén, a la altura de su cuello. Su espaldita debe formar una “C”.